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Protección respiratoria en el trabajo

Protección respiratoria en el trabajo
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El ingeniero Audy Francisco Puyosa, MSc. Academic Manager, identifica los riesgos a los cuales se expone el sistema inmunológico en el entorno laboral, principalmente por la adquisición de bacterias a través de las vías respiratorias. En este sentido, resalta la necesidad de implementar un Programa de Protección Respiratoria en entornos laborales según lo establecido en la norma OSHA 29 CFR1910.134.

El desarrollo de las actividades laborales es, sin duda alguna, una necesidad y un problema. Entendemos que la generación de bienes y servicios para el mercado, obtención de beneficios para los dueños y el establecimiento de un modo estable de sustento para los trabajadores serían objetivos naturales del proceso productivo.
Acá cabe recordar que, en esa misma interacción, para alcanzar los beneficios se crea un equilibrio dinámico entre tres factores inherentes a la relación laboral: Salud, trabajo y entorno.

Protección respiratoria en el trabajo

Dentro del amplio espectro de elementos del entorno que pueden afectar la salud del trabajador se encuentran los peligros químicos, los cuales pueden afectar el organismo, dependiendo de la forma como se produzca esa interacción. Y es que los peligros químicos involucran no solo los agentes y sus propiedades (anestésicos, sensibilizantes, mutagénicos, tóxicos, asfixiantes, etc.) sino también las características en las cuales esos agentes se pueden presentar (sólidos, líquidos, humos, polvos, vapores, nieblas, rocíos, entre otros).

Protección respiratoria en el trabajo

En la medicina se identifican diferentes vías de ingreso de los contaminantes al organismo: inhalación, ingestión, absorción cutánea y procesos parenterales (cualquiera que atraviese la piel por medios no naturales).

De ellas, la vía de ingreso respiratoria resulta ser la que permite el mayor espacio de permeabilidad (mayor superficie de contacto), además de que su ingreso al organismo garantiza un pase directo al torrente sanguíneo. A eso habría que sumar el hecho de que la respiración es un proceso autónomo que no permite discriminar el componente del aire que deseamos tomar. El aire es una mezcla homogénea que incluye nitrógeno (78%), oxígeno (21%) y una mezcla de otros gases que complementan el restante 1%.

Llegados a este punto, es necesario recordar que la respiración es un proceso que cumple tres pasos:

  1. Inhalación. Entrada del aire al cuerpo. Usualmente se simplifica de forma errónea al decir que respiramos oxígeno, cuando lo cierto es que no ingresa solo.
  2. Intercambio. Paso del oxígeno a la sangre y salida del dióxido de carbono por medio de la diferencia de presiones parciales en el espacio alveolar.
  3. Expiración. Salida del aire. Al igual que en la inhalación, se suele decir que exhalamos dióxido de carbono. Lo cierto es que la mezcla aún contiene un alto porcentaje de oxígeno.

Esto es un proceso autónomo ya que, si bien podemos sostener la respiración, eventualmente el cuerpo responde con la reactivación del proceso. Después de todo, no es posible suicidarse dejando de respirar voluntariamente.

Como hemos dicho, existe un importante número de agentes químicos en el aire que pueden afectar nuestra salud. En los procesos industriales, los peligros a la salud por efecto de estos agentes químicos resultan de particular importancia.

  • Polvillos, como los que se forman cuando se agregan ingredientes secos a una mezcla.
  • Gases metálicos, que se producen al soldar, cortar y derretir metales.
  • Vapores solventes de adhesivos, pinturas, separadores, solventes de limpieza y revestimientos en aerosol.
  • Agentes infecciosos como bacterias de tuberculosis en entornos de atención de la salud.
  • Peligros químicos como el gas de cloro y el amoníaco anhidro en procesos químicos y operaciones que los utilizan.
  • Vapores o polvillos sensibilizantes como los isocianatos, ciertos epoxis y el berilio.
  • Falta de oxígeno que puede darse en espacios cerrados.
  • Productos farmacéuticos durante la producción de medicamentos recetados.

En el caso de muchos de estos agentes, en particular los polvos y fibras, nuestro cuerpo cuenta con mecanismos que permiten evitar o reducir la fracción que puede ingresar al organismo. Estos mecanismos incluyen:

  • Vellos de la nariz: Primera línea de defensa interior. Encargados de atrapar partículas inhaladas.
  • Cilios: Extensiones similares a vellos. Atrapan partículas y las conducen a la parte posterior de la garganta.
  • Membrana mucosa: Secreciones que atrapan las partículas que atraviesan los pelos.
  • Reflejo de la tos: Reflejo que expulsa la mucosidad y partículas extrañas acumuladas en el sistema respiratorio.

En cualquier caso, siempre resta un volumen que escapa de estos medios de control, por lo cual es importante definir medios adicionales controlados para proteger a los trabajadores. Más allá de establecer acciones de identificación, medición, evaluación y control, puede resultar necesario adoptar un “Plan de vigilancia epidemiológica” directamente enfocado en esta área, así como un Programa de Control de Riesgos Respiratorios en el Lugar de Trabajo (PCRR).

Es necesario evaluar la aplicabilidad de medidas sobre el trabajador, a través de la selección del personal, la medicina del trabajo y la formación. También deben valorarse medidas sobre el microclima laboral como sería la intervención de ergonomía, psicosociología, seguridad laboral, higiene industrial y mantenimiento. Esto se uniría a las acciones de ingeniería, prácticas laborales y medios administrativos:

  • Ingeniería: Como la ventilación por extracción local de aire.
  • Prácticas laborales: Como la aplicación de revestimientos con brocha en vez de aerosoles.
  • Administrativo: Como minimizar el tiempo de exposición o la cantidad de trabajadores expuestos al peligro.

No se debe dejar sin atención al uso de equipos de protección personal, acciones sobre el medio de trabajo, control de la fuente y mecanismos para suministro de aire en operaciones particulares.

Protección respiratoria en el trabajo

El Programa de Protección Respiratoria es una cohesiva colección de procedimientos locativos, específicos y escritos que abordan todos los elementos de protección respiratoria requeridos por las normas. Si bien cada país puede contar con una normativa particular o reglamentación específica para su desarrollo, la norma OSHA 29 CFR1910.134 puede ser una interesante guía a la hora de establecer la base para el PCRR. Esta establece:


• Procedimientos para seleccionar respiradores para su uso en el lugar de trabajo.
• Evaluaciones médicas de los empleados necesarios para el uso de respiradores.
• Procedimientos de pruebas de ajuste para respiradores de ajuste hermético.
• Procedimientos para el uso apropiado de los respiradores en situaciones rutinarias.
• Procedimientos y programa de limpieza, inspección, reparación, renovación y mantenimiento.
• Procedimientos para garantizar la calidad, cantidad y flujo de aire para respiradores de aire suplido (SABA).
• Formación de los empleados en los riesgos respiratorios en situaciones normales y de emergencia.
• Formación de los empleados en el uso apropiado de los respiradores, limitación y mantenimiento.
• Procedimientos para evaluar regularmente la eficacia del programa.

De manera más suscita, en el caso de las pequeñas y medianas empresas, la misma organización ha previsto una guía para su implementación. Esta contempla 7 pasos o elementos a considerar:

  1. La selección de respiradores apropiados para su uso en el lugar de trabajo.
  2. Capacitar a los empleados en el uso apropiado de los respiradores, limitaciones y mantenimiento.
  3. Proporcionar una evaluación médica de los empleados que deben usar respiradores.
  4. Las pruebas de ajuste de respiradores de ajuste hermético.
  5. El uso de respiradores adecuadamente en situaciones rutinarias, así como en situaciones de emergencia razonablemente previsibles.
  6. Asegurar el suministro adecuado de aire, la cantidad y el flujo de aire respirable para respiradores suplidores de atmósfera.
  7. Establecimiento y aplicación de plan de limpieza, desinfección, almacenamiento, inspección, reparación, descarte y mantenimiento de los respiradores

La protección al trabajador en el entorno laboral tiene tres aspectos que resultan igualmente preeminentes: El aspecto moral de la protección para brindar condiciones acordes con el desarrollo de la función, el aspecto social de su repercusión sobre el núcleo familiar y comunitario del trabajador y el aspecto económico para mantener la rentabilidad. Por ello es que debemos velar por un entorno tan saludable como sea razonablemente alcanzable.

¡Hagamos que las cosas ocurran!

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Andrés Quiroz
Comunicador social.
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