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Mi experiencia: no puedo decir lo que todos quieren escuchar

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Artículo escrito por Katherine Aquino Jiménez, estudiante de medicina quien, actualmente, cursa el internado rotatorio de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD)

El internado rotatorio junto al COVID-19 y la UASD son temas un tanto delicados y con tanto para decir que no sabría por dónde empezar. Entiendo que desde el inicio de esta pandemia las universidades se vieron en la necesidad de retirar a los internos de todos los hospitales… ¡Qué catástrofe seria para las universidades salir en todos los medios con un tema como este! Más ante esta situación en la que todos estamos expuestos y de la que aún se investiga; donde todo es nuevo y potencialmente catastrófico, pero al final nosotros queremos ser egresados como médicos y las universidades quieren seguir graduando médicos.

Yo entiendo que como entidades que cuidan de sus alumnos y futuros profesionales deben tener cierto lineamiento para que todo fluya de la mejor forma, pero también entiendo que personas que no conocen mi historia ni saben de dónde vengo, lo que quiero y lo que he pasado para llegar hasta donde estoy, decidan por mi futuro. Me pareció indignante, más que todo porque nadie nunca me preguntó nada.

El tema aquí es mi experiencia que hasta el momento no puedo decir lo que todos quieren escuchar o lo que muchos dicen. Mi experiencia ha sido diferente, primero porque estoy haciendo un internado rotatorio de 1 año y 6 meses cuando, realmente, su duración es solo de un año… Ha sido diferente porque estando sin pandemia los internos, médicos y todos los involucrados en el sistema de salud de mi país, República Dominicana, vivían día a día precariedades y SIN estar en pandemia.

Ahora con una pandemia, en un sistema nefasto ha sido todo un desafío. Nos vimos en la obligación de tomar la teoría virtual, que es todo un tema, no todos los que intentaron enseñar enseñaron y no todos los que enseñaron realmente querían enseñar. Fue todo un desafío tanto para los profesores/doctores como para nosotros, los alumnos/ internos. Los horarios eran, en su mayoría, una locura. Los audios de los compañeros abiertos dejaban en un trasfondo la guagüita platanera mientras la/el doctor explicaba enfermedades endémicas como el dengue mientras otro compañero intentaba explicarle cómo apagar el micrófono y al final YO solo entendí que el plátano costaba 20 por unidad, que había yuca y demás víveres.

Katherine Aquino Jiménez, estudiante de medicina de la UASD

En el grupo de WhatssApp se organizaban para pautar temas de exposición a los diferentes equipos, en el otro se excusaba un compañero que no pudo ir a clases virtuales porque en su casa se fue la luz desde las 6:00 a.m., hasta las 9:00 p.m., y no pudo. Mi experiencia ha sido toda una EXPERIENCIA y me deja pensando en muchísimas cosas como: ¿Habrá valido la pena que nos sacaran de los hospitales desde un inicio?, ¿Tendría sentido el volver, pero no tocar y solo ver?, ¿Fue necesario, realmente, durar un año y 6 meses de internado?, ¿Las clases virtuales de verdad alguien las entiende o saca provecho de ellas?… ¿Y si nos hubiesen dado nuestros títulos y puesto en la primera línea con un salario? Son tantas mis preguntas y al final la respuesta es la vieja confiable de todo el que estudia medicina y se ve en dificultades: “TIRA PA´LANTE”

Mi experiencia no es la misma que la de todos, pues aparte de que estoy en la finalización de mi eterno internado, intento conseguir un empleo y por lo visto no soy la única en ese mismo afán. El internado no solo consume tus ganas de echar pa´lante, sino también tu bolsillo y en una pandemia en donde hay escasez de todo y necesidad de todo y poco para conseguirlo, hay quienes hasta llegan al punto de la desesperación máxima y optan por darle más importancia a la búsqueda de un empleo que a esas ganas que un día fueron el motor para levantarse temprano y que ya no están.

Como médico interno entiendo que tenemos poco apoyo, con una tesis en curso que nadie sabe cuándo sería presentada y que, de igual forma, para todo aquel que en su investigación incluye hospitales (COVID-19 como no COVID-19) igual deben ir a investigar, en la cual se gasta mucho, económicamente hablando, y ni hablar de los días de servicio.

Lo cierto es que mi experiencia es un libro, los puntos positivos es que estoy más cerca de la meta aunque todos los días algo me recuerde que debí graduarme en septiembre de 2021, entiendo que si buscamos un culpable pienso que no sería el COVID-19, pues decidimos estudiar medicina y en situaciones como éstas en las que nadie vio venir una pandemia y en donde el sector más importante es el de salud, debimos estar en campo desde el inicio dando soporte, dando lo que nos enseñaron a hacer con la calidad que merece de ambas partes, pero eso sería un sueño.

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