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La resiliencia una aliada estratégica para el control de la diabetes mellitus

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Rosio del Pilar Rymer Pichardo, médico familiar y prevencionista de riesgos laborales, expuso los riesgos que se presentan al padecer la  Diabetes Mellitus, especialmente cuando esta se presenta como “hiperglucemia” señalando el impacto físico de dicha enfermedad pero también sus efectos económicos, sociales y emocionales.

En este sentido, la especialista ofreció recomendaciones para que los pacientes o personas del entorno de los individuos implementen con el objetivo de realizar tratamientos no solo médicos sino también mentales que permitan conseguir la sanación equilibrada.

El padecimiento de la Diabetes Mellitus en los últimos años se ha incrementado significativamente de forma global, llegando alrededor de unos 300 millones el número de personas afectadas, de los cuales más del 85% es del tipo 2. Así lo asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS, 2018). Existe además una posible proyección donde en menos de 9 años unos 435 millones de personas la estarán padeciendo para el año 2030.  Sin embargo, lo que resulta realmente alarmante es el efecto de la diabetes mellitus no controlada, mejor conocida como hiperglucemia, ya que con el tiempo se van afectando grave y significativamente muchos órganos y sistemas, limitando la función de los ojos, riñones, venas, arterias y nervios.

Por lo tanto, es recomendable conocer alternativas no farmacológicas para sumar herramientas efectivas para su control, evitando a corto, mediano y largo plazo, las múltiples complicaciones no sólo físicas, sino también las que generan un impacto emocional, social y económico para el individuo y quienes le rodean, sin dejar de lado la posibilidad de perder la vida a causa de ella.

Todos conocemos personas que han pasado por trances muy duros en sus vidas y sin embargo ahora las vemos recuperadas.  Son personas que nos suelen causar admiración y si nos comparamos con ellas, muchas veces pensamos que no seríamos capaces de sobrellevarlo como esa persona lo gestionó. Si nos preguntamos cómo lo hicieron, la respuesta es que se adaptaron poco a poco a la situación y trataron de salir de ella adoptando una actitud de fuerza, valor, aprendizaje y positivismo.

Las crisis o adversidades pueden deberse a la pérdida de una figura importante para nosotros, a la falta de trabajo o a una enfermedad crónica como la diabetes, por dar unos ejemplos. Estas situaciones provocarán un periodo natural y necesario de inestabilidad emocional en nuestras vidas, con emociones desagradables, dudas, inseguridades y frustraciones. La idea es ir sintiéndonos cada vez más seguros y capaces de hacer frente a la dificultad que se ha presentado en nuestra vida para recuperar poco a poco nuestro equilibrio.

Para lograr esto, es indispensable adquirir la resiliencia, la cual es definida como “la capacidad de recuperarse, crecer y desarrollarse como personas después de un trauma o una adversidad o gran dificultad en la vida”.   Boris Cyrulnik.

Adquirir esa actitud requiere primero tener flexibilidad ante las adversidades, la habilidad de considerar diferentes puntos de vista y alternativas ante los problemas, tener en cuenta tanto los aspectos negativos como los positivos de las situaciones estresantes o de las adversidades, ser proactivo y asertivo a la hora de afrontar los retos y problemas sabiendo, al mismo tiempo, pedir ayuda y buscar apoyoen los demás.

Algunas personas más que otras tienen mayores facilidades para alcanzarla; pero la buena noticia es que la resiliencia está al alcance de quien la requiera para así poder reducir el estrés y la ansiedad, mejorando la capacidad de afrontar una situación difícil. El cómo lograr conseguir una continua adaptación positiva en el contexto de las dificultades diarias que lleva consigo la diabetes se convierte en un verdadero reto para quien la padece; sin embargo, la resiliencia en diabetes es un proceso dinámico que tiene frecuentemente un favorable resultado.   

La resiliencia no es una excepción, sino que es una potencialidad de todo ser humano, es inherente a las personas, pero que no siempre tiene la oportunidad de aparecer y expresarse al estar enmascarada por aspectos limitadores de la personalidad como una baja autoestima o falta de confianza en sí mismo, una tendencia al pesimismo o al fatalismo, una actitud pasiva, dando lugar a la desesperanza o al desánimo o, simplemente, porque la vida no nos ha puesto en situaciones especialmente complejas o difíciles hasta este momento.

Con la práctica, se pueden aprender con la intención y en el entorno adecuado; es decir, que el padecer diabetes puede ayudarnos a desarrollar nuestra capacidad de resiliencia. Para ello tendríamos que hacer hincapié en las siguientes características de las personas resilientes: buena autoestima y capacidad de autorreflexión, inteligencia emocional, flexibilidad, creatividad e iniciativa, capacidad de pensamiento crítico, sentido del humor (para relajarnos y tomar perspectiva ante los problemas), afecto, apoyo y un entorno social adecuado.

Estos son algunos consejos para comenzar a desarrollar una personalidad resiliente:

Haz conexiones: Mantén buenas relaciones con familiares cercanos y amigos. Acepta su apoyo y ofrécelo a cambio.

Acepta que el cambio es parte de la vida: Acepta las circunstancias que no se pueden cambiar. En cambio, concéntrate en lo que puedes cambiar.

Toma medidas: Cuando haya situaciones que puedes cambiar, toma medidas. No te alejes de los problemas y desees que desaparezcan.

Pon las cosas en perspectiva: Cuando te enfrentes a circunstancias difíciles, piensa en los problemas del panorama general. Fórmate una perspectiva a largo plazo, como pensar si importará dentro de cinco años. Evita hacer de una cosa pequeña un problema más grande de lo que realmente es.

Mantén una perspectiva positiva y esperanzadora: Cultiva una perspectiva optimista. Piensa que sucederán cosas buenas en tu futuro y en tu vida. Imagina lo que quieres en el futuro en lugar de preocuparte por tus miedos.

Cuídate: Haz ejercicio con regularidad, ten una alimentación saludable, duerme lo suficiente y practica el cuidado personal. Ten en cuenta la posibilidad de meditar o participar en una comunidad de fe. Involúcrate en actividades que sean divertidas y relajantes para ti. Podrás enfrentar mejor los desafíos cuando estés fuerte mental y físicamente.

La clave para resistir las adversidades y crecer personalmente con ellas está en saber aceptar la situación que se nos presenta, no en el sentido de actuar con resignación, sino de aceptar, adaptarnos y asumir aquello que no podamos cambiar. Centrarnos en aquello que podamos mejorar o potenciar, para así mejorar como personas y conseguir un mayor equilibrio mental. Este proceso de aprendizaje hará que nos sintamos orgullosos de nosotros mismos y crezcamos como personas.

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