
Audy Francisco Puyosa, academic manager del CAC-ITC, habló sobre losa retos humanos al relacionarse con un entorno biológico y psico-social, el cual permite desarrollar el aprendizaje continuo permitiendo la evolución de los individuos. De igual forma, se precisó que existen factores externos que pueden alterar la salud o bienestar de las personas y por ende se ha identificado cuáles enfermedades y lesiones son derivadas de la propia naturaleza de la acción del trabajo conocidas como: Accidentes de Trabajo y Enfermedades Ocupacionales (ATEO).
El hombre es un ser de connotación Bio-Psico-Social. Vulnerable en su constitución sobre los elementos externos con los cuales interactúa y, a la vez, de gran capacidad para sobreponerse a las condiciones externas más variadas. Agente orgánico, es en esencia una mezcla de condicionantes fisiológicos, psicológicos, conductuales e intelectuales; lo cual le permite adaptarse a condiciones externas, asociando un proceso de experimentación y aprendizaje con un marcado proceso de raciocinio y capacidad de análisis del entorno.
Podemos entender nuestra naturaleza como la armónica coexistencia de las variables que lo definen, entendiendo que atraviesa, a lo largo de su vida, cambios que le llevan desde un estatus de absoluta dependencia funcional, sorteando una etapa de independencia filial ideal hasta alcanzar su plenitud de desarrollo dentro de un contexto de interdependencia social.
Desde un punto de vista general, cada etapa del desarrollo humano implica un reto en el tránsito hacia la etapa siguiente. Dentro de esas etapas, el individuo requiere interactuar con diversos agentes que retan sus capacidades, algunos de ellos con franco potencial agresivo hacia su naturaleza múltiple.
El manejo de esta realidad implica la necesidad de lograr interacciones cónsonas, donde sus capacidades puedan manejar las exigencias que le son impuestas, sin menoscabo de su intangible capacidad para adaptar el mundo para satisfacer sus propias necesidades.
Para lograr esto, el ser humano requiere estar en condiciones lo más próximo posible a sus “características de diseño”. Esto es, sin deterioro de las funciones que lo definen. Es a este estado inicial al que podemos llamar salud fundamental; estado a partir del cual operan los cambios que pueden afectar ese equilibrio.
Simplificando podemos hacer uso del concepto de salud definido en la constitución de la Organización Mundial de la Salud (OMS) como un estado de completo bienestar físico, mental y social, y no solamente la ausencia de afecciones o enfermedades.
Por oposición, podemos entender como enfermedad, a cualquier desequilibrio de los componentes biológicos, psicológicos o sociales del individuo.
Siendo más específicos, la aparición de cualquier elemento diferencial entre la condición esperada y la real puede ser denotada como una enfermedad donde se suele incluir condiciones como: variaciones de los valores normales en las constantes funcionales, fisiológicas, bioquímicas, actitudinales, conductuales o cognitivas. Sin embargo, es común diferenciar las condiciones anómalas iniciales como sintomatología, reservando el término de enfermedad para su estado estable.
En el ámbito laboral se utilizan acepciones particulares para referirse a las enfermedades y lesiones derivadas de la propia naturaleza de la acción del trabajo: Accidentes de Trabajo y Enfermedades Ocupacionales (ATEO).
Si bien las enfermedades no son ajenas a las personas, cuando hablamos de las enfermedades ocupacionales nos referimos a patologías que están directamente relacionadas con la realización de una actividad, donde la exposición a las condiciones en las cuales se realiza la actividad es un elemento determinante para que estas se manifiesten.
De la misma manera, los accidentes (y por ende las lesiones) sobrevienen como consecuencia de la exposición a elementos externos que inciden de manera agresiva. Por definición el accidente deja algún tipo de consecuencia, bien sea: lesiones, daños físicos a equipos, herramientas o instalaciones y efectos adversos al ambiente.
Para los fines que acá tratamos, podemos mantener la diferenciación del accidente de trabajo como aquel accidente en el cual solo se evalúan las consecuencias directas hacia el trabajador: las lesiones; entendidas como daños físicos que pueden o no afectar la funcionalidad de algún segmento del cuerpo o simplemente crear efectos nocivos orgánicos puntuales.