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Peligro y exposición

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Audy Francisco Puyosa, Academic Manager de CAC-ITC, ofreció detalles sobre los factores que pueden afectar el bienestar en el entorno laboral consecuencia de eventos no deseados o accidentales. El especialista considera necesario precisar tales eventualidades que pudiesen ser prevenidas, así como cuáles son ajenas o poco controlables para dar a conocer las vulnerabilidades de los trabajadores, compañías u organizaciones pues si bien existen amenazas que forman parte del quehacer laboral y día a día son toleradas, no se puede olvidar que representan un riesgo.

El manejo de las necesidades modernas es una realidad, las personas tienen necesidades básicas que requieren ser satisfechas y esto implica que debemos desarrollar actividades que permitan cubrirlas. Para hacerlo, buscamos lograr la interacción de diferentes elementos en un conjunto de pasos, esto es, desarrollar un proceso productivo adecuado y eficiente.

Los sitios de labor, sean puestos de trabajo o lugares de operación, representan fuente constante de condiciones adversas que ponen al personal, instalaciones, equipos, materiales y al ambiente en situaciones de vulnerabilidad que, en primera instancia, podría parecer un componente natural del sistema productivo. Lo hacemos cotidiano en la medida que lo ignoramos o lo asumimos como normal en nuestro entorno.

La aparición de los “Eventos no deseados” y las patologías de origen ocupacional ligados ambos a personas, es manejada como un elemento de perturbación. En esencia, estos pueden ser situaciones de ocurrencia súbita (accidentes) o insidiosa (enfermedades) con la particularidad de poder generar interrupción (al menos momentánea) del proceso productivo o limitar las capacidades residuales de los colaboradores.

Dentro de las condiciones que el sistema imprime para alcanzar la productividad se infiere la exposición a agentes nocivos, los cuales pueden entenderse como un elemento constituyente de las operaciones. Por tanto, se puede llegar a subestimar su presencia siendo considerada como un aspecto natural de la producción. Aspecto real y tangible que debe ser identificado por quienes tienen la responsabilidad de mantener o aumentar las operaciones.

Aún y cuando en efecto no podemos apartarnos de las condiciones y elementos “Riesgógenos” de la producción, esto no puede representar un elemento de disculpa para la exposición del personal; como tampoco lo es la experticia que el operador pueda manifestar en esas tareas. Esto se convertiría en un componente potenciador, por implicar permisividad y afianzar el concepto de baja percepción del riesgo. Con ello, lejos de hacer que el personal los mantenga en conciencia, damos espacio para que desaparezcan del mapa negativo para situarse en el plano de lo cotidiano y, por ende, convertido en parte del paisaje.

Los agentes nocivos serían, pues, aspectos constantes dentro de cualquier proceso productivo, los cuales no pueden ser eliminados totalmente dado que están representados por el propio sistema y cada uno de sus componentes, así se hacen necesarios más no tolerables.

Esta realidad hace que busquemos otras vías para mantenernos seguros, lograr alcanzar los objetivos, sorteando el mar de peligros que nos separan de una actividad exitosa. Sin embargo, para ello es necesario entender qué son realmente esos agentes nocivos, cómo pueden llegar a materializarse, sus aspectos naturales, características distintivas y dónde podemos encontrarlos en nuestros procesos productivos, esto es conocer realmente lo que son los peligros.

No es posible reducir las lesiones y patologías si no se realizan los estudios pertinentes de todos y cada uno de los agentes nocivos. Esa es la puerta de ingreso a la gestión preventiva.

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