
La Dra. Daniza Contreras, médico gastroenterólogo e internista, explica que la obesidad es una enfermedad crónica y, aun teniendo las herramientas que nos ayuden a mejorar el peso, no quiere decir que los factores asociados a que esta haya ocurrido puedan eliminarse del todo y que esa predisposición a obesidad desaparezca.
La obesidad constituye en la actualidad uno de los mayores problemas de salud pública, siendo una causa creciente de morbilidad y muerte (tanto directa como indirectamente).
Se define la obesidad como un estado de mal nutrición por exceso, donde el peso es mayor al esperado para la altura del paciente, presentando además un aumento en los depósitos de grasa tisular y se diagnóstica al calcular el índice de masa corporal (IMC) que es la relación entre el peso y la atura cuyo resultado igual o mayor a 30 kg/m2 implica obesidad; pero queda un parámetro entre el peso normal y la obesidad que es el sobrepeso donde el IMC en estos va de 25 a 29.9 kg/m2, además algunos autores la definen con un porcentaje de grasa corporal mayor a 25 % en hombres y mayor a un 33 % en mujeres.
En los Estados unidos casi un 40 % de la población adulta es obesa, tendencia similar se ve en América latina y el caribe y de un 20 a un 25 % de los niños presentan sobrepeso u obesidad (estimándose más de 124 millones de niños alrededor del mundo obesos y en sobrepeso por encima de 200 millones), en Europa más de un 25 % de la población es obesa y en medio oriente las cifras se encuentran por encima del 40 %, relacionándose a 1 de cada 5 muertes.
En la República Dominicana la prevalencia de obesidad se sitúa en un 33.6 % , pero además un 36.5 % de los personas están en sobrepeso, afectando los trastornos de peso por exceso a más del 70 % de la población adulta.
Pero, ¿A qué se debe la obesidad? Y diríamos a una alimentación excesiva e inadecuada, pero si fuera este el único desencadenante, todo el que come mucho estuviera obeso, por lo que éste aún siendo determinante no es lo único, es bien sabido que en la génesis de la obesidad se conjugan una serie de factores destacándose la ingesta calórica inadecuada, nivel de actividad física, factores genéticos, metabólicos, sexo, edad, raza, factores endocrinos, estatus socioeconómico, hábitos dietéticos, factores étnicos y culturales, embarazo, menopausia, factores psicológicos y más, y al conjugarse tantos factores en la aparición de este enfermedad pues su identificación no solo implica saber que existe el exceso de peso, sino también poder identificar las causas asociadas a su aparición para poder lograr un tratamiento que pueda corregir la condición y mantenerla bajo control.
¿Por qué nos importa tanto tratar la obesidad? ¿Es solo un problema de peso?
La obesidad está asociada a mayor incidencia de enfermedades que restan a la calidad de vida, y que además de morbilidad pueden conducir a la muerte, como la apnea obstructiva del sueño, enfermedad coronaria, hipertensión arterial, accidentes cerebrovasculares, colelitiasis, enfermedad por hígado graso, esofagitis por reflujo, mayor predisposición a infecciones respiratorias, cáncer de colon, de mama, próstata, de vesícula biliar, gástrico, páncreas, ovario y renal además provoca infertilidad, pubertad precoz, anovulación, ovarios poliquísticos, artrosis, lumbago, insuficiencia vascular y sin hablar del estigma social y las alteraciones psicológicas que ocasiona la patología.
En la actualidad, existen muchas terapias que nos ayudan a mejorar el peso, desde intervenciones no invasivas como cambios nutricionales, actividad física, medicamentos a otras invasivas como los procedimientos bariátricos endoscópicos (balón gástrico, plicatura gástrica endoscópica) y la cirugía bariátrica, cada uno de estos con indicaciones específicas y todas efectivas, porque sin importar el método que se utilice para bajar de peso, si el paciente no identifica a la obesidad como una enfermedad crónica y no logra hacer cambios permanentes en el estilo de vida como compromiso por su salud, a largo plazo no podrá mantener el éxito con nada.
Resulta contradictorio que las sociedades con mayor poder adquisitivo son las que presentan mayor índice de obesidad, pudiéndose creer que con mejores condiciones económicas deberíamos vivir mejor, pero este poder viene condicionado con menos tiempo para cocinar y para comer, mayor acceso a comidas rápidas ultra procesadas, menos tiempo para ejercitarnos, más estrés, menos dormir, menos actividades recreativas, alteraciones que en conjunto crean el medio perfecto para desarrollar aún más obesidad.
¿Por qué digo controlar la obesidad y no me refiero a curar?
La obesidad es una enfermedad crónica, y aún teniendo las herramientas que nos ayuden a mejorar el peso, no quiere decir que los factores asociados a que ésta haya ocurrido podremos eliminarlos del todo y que esa predisposición a obesidad desaparezca, por esto aún logrando llegar a nuestro peso ideal o dentro de los parámetros de la normalidad, el paciente con trastorno de obesidad no debe dejar los hábitos que lo llevaron a controlar el peso (mejor alimentación, ejercicios), es como si le dijéramos a un paciente con diabetes, que presentaba una glucemia en 400 mg/dl (que es alta) y que logró su control con cambios en los hábitos dietéticos, ejercicio y pastillas, que al controlar la glucemia no necesita hacer lo que le llevó a este control (que deje todo), entonces volverá a estar como cuando inició o peor, es por ello entonces enfatizar en que la obesidad es una enfermedad crónica, que se controla más no tiene cura, que lograr identificar las causas y mantenerlas controladas es la base de la terapia y que al sumar hábitos saludables como mejoras dietéticas y ejercicio, no solo lograremos vernos bien y mejorar nuestra autoestima sino que vamos a lograr un organismo que funcione a una mejor capacidad y que los trastornos relacionados a este patología no tengan incidencia sobre nosotros.