
Sarah Cabrera. Estudiante de tercer año de la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña (UNPHU) Miembro del Comité Permanente en Salud Reproductiva VIH/SIDA(SCORA) de la Organización Dominicana de Estudiantes de Medicina (ODEM).
En el verano es muy probable que en algún momento todos queramos ir a alguna playa, río, piscina u otro lugar que sea de nuestro agrado para refrescarnos y relajarnos, pero también si no mantenemos un cuidado adecuado podríamos sufrir de una otitis externa producida por una exposición prolongada a la humedad durante uno de los lugares antes mencionados. La otitis externa[[ECRLF1] es también llamada otitis del nadador o de las piscinas y es comúnmente causada por bacterias (Pseudomonas es la más frecuente). (1)
¿Cómo se produce? El depósito de agua que se produce hace un espacio perfecto para que se cultiven los agentes patógenos y que estos crezcan allí lo que se traduce a una inflamación en la piel que reviste el conducto auditivo externo. Los niños son más propensos a padecer esta enfermedad debido a que su trompa de Eustaquio es más pequeña y los agentes infecciosos llegan con mayor comodidad al oído. (2)
Los síntomas que van a presentar las personas son: dolor cuando se manipula el pabellón auricular, secreción (otorrea) y una pérdida de la audición transitoria. (1). El diagnóstico se va a basar en una buena evaluación clínica orientada a la inspección, también es recomendable realizar un cultivo.
Como cuidados lo mejor es no mojar el oído, tomar paracetamol o ibuprofeno para quitar el dolor y no ingerir ningún antibiótico sin la indicación del médico debido a que la mayoría de esas bacterias no son sensibles a algunos tipos de fármacos. Este tipo de otitis se cura con un desbridamiento, corticoides y antibióticos tópicos. (1)(2).
Para la prevención se recomienda el riego de los oídos mezclando 1:1 de alcohol fino y vinagre luego de nadar porque el alcohol evapora el agua. No es recomendable el uso de hisopos u otros objetos en el conducto. (2).